viernes, 9 de mayo de 2014

El Reloj - El Reloj [1975]



Reloj: Instrumento capaz de medir el tiempo. ¿Podrá medir la historia?, ¿Podrá medir algo más que tiempo?, Absolutamente No. Al menos que estemos rayados de la calva o seamos pendejos. Pero algo similar sí puede medir semejantes medidas: Desde Sudamérica con los espectros de sus influencias marchando en el camino, tenemos a una de las agrupaciones más importantes en la Argentina, que ni de chiste es grato el nivel de reconocimiento en que se ubica. Pero siendo unos de los primitivos argentinos que fortalecieron el legado 60s a un nivel más Hard y con un estilo preciso de tocar (de ahí el nombre): El Reloj. En tres palabras: Banda de Culto.

Estos jóvenes viciados del sonido Purpura de la era Evans, eran un caso de gente que se esforzaba en su música, sin repetir mandarinas, ni cebollas. Claro, todo tiene su tufillo, pero nada que pasará del límite con sus inspiraciones, tanto inglesas como nacionales. Formados nada más y nada menos que en 1970, no verían su primer trabajo serio hasta 5 años de combate, que se elevaba solo en el pio-pio, la pesadez de su música en esos tiempos, la técnica de los tipos y los shows. Dando como fruto el contrato con la RCA Victor, por momentáneo que fuera solo singles de prueba. Siendo una banda hecha en vivo, la química dificulto en estudio, pero todo salió a flote, como barco de papel cuando las moscas se pasearon por la compra de estos “sencillos” temas.

Finalmente sale a la luz: “El Reloj” - 1975. Los guerreros eran los mismos que impresionaron a la masa de esos años cavernícolas: Juan “Locomotora” Esposito en la batería, Eduardo Frezza en el Bajo y Voz, Willy Gardi en la guitarra principal, Luis Valenti en el Órgano y Osvaldo Zabala en la guitarra. Todos utilizando una gran libertad de tocar. Cada uno empleando lo que mejor sabe hacer: Composiciones precisas, directas, progresivas y Jazzísticas. No, no hablamos de cualquier pájaro pirata que se estrello fácilmente con la buena ejecución. Hablamos de sujetos de Estilo Libre, una primera gran escalera porqué mencionarlo como escultor de la música Rockera en ese país. Simplemente por su compañerismo de trabajo, de gente tocando para la gente, de personas que quieren romper las barreras sin imitar a otro…En esa era no había mucha tecnología (para los de recursos básicos), ni tanto ruido, distorsión y velocidad, al menos que caigamos en el agujero Sabbath y nos topemos con Tarkus (banda sudamericana). Así, que innovación o no, aportaron para la evolución de su tierra.

No ser conformistas y tampoco plagiar o calcar partituras e ideas que no sean de ellos mismos, era su filosofía de vivir y de tocar bajo el techo de El Reloj. Para que nos revuele la imaginación: Con la Locomotora que estaba a cargo de las percusiones, tenemos una propuesta agresiva y fina a la vez. Heredando vías más estruendosas, siendo uno de los primeros bateristas en colocar el doble bombo en la Argentina. Y no solo por lucirse, si no, para fortalecer la dupla guitarresca y enfocarse en una línea más ruidosa. Hard Rock. Seguro, pero: ¿Qué condimento lleva para ser tan especial? Exceptuando los Riffs dinámicos y pegajosos, la opaca sonoridad que emite la batería, como si se tratase de una roca afeitada. Creo que el Bajo y el Órgano bañado en Blues, Jazz, Rock Progresivo con Swing y Refinamiento, es otro honor y vertiente que domina todas las composiciones.

Letras que conectan con el servidor, de problemas personales, de asuntos que a la gente le pasa. Todo acompañado de Eduardo Frezza en vocales, ni fu ni fa, pero su timbre agudo es degustable y adictivo. Desde la entrada con la espeluznante e inquietante “Obertura”, hasta la magnifica “El Viejo Serafín”, que narra como un vagabundo hacía reír con sus anécdotas a la gente, como te pasaba un buen rato un mendigo que finalmente fue amado por muchos cuando el murió. La estructura de tonos vocales, la dupla guitarresca fortaleciendo su sonido con el órgano de Valenti. Un Bajo de gruesas improvisaciones y la batería como loca como siempre se acostumbra en los gigantes del Rock: Con gran velocidad, extensos pasajes combinados con los platillos y sobretodo ritmo contundente y penetrante. Ese combo lo vamos a patentar con la labor de Juan en todo el álbum.

Sin irnos al calabozo, ni recibir apedreadas, son de las pocas bandas latinoamericanas que hacen vibrar una generación de un estilo tan técnico como memorable, con melodías muy centradas hasta ir al grano con sesiones Jazzeras: “Más Fuerte Que El Hombre”, una putada de picoteos de sabores, con congas, el mensaje claro: La superioridad del Tiempo ante el hombre, Guitarras finas y paros de silencio que dejan los palillos de la batería sonando como agujas de reloj. Toda una fusión de mezclas orientadas y maduras. Como si habláramos de una banda Jazz Rock en las improvisaciones. Una calidad inmensa que desborda en burbujas de sonidos directos e indirectos. Todo armonizado por Frezza al frente.

6 temas de vertiginosos paseos por los instrumentos, desde Riffs melodiosos, un órgano a la Lord, una atmosfera oscura, un Bajista/Vocalista con propiedad, la destreza creativa de las estructuras instrumentales de las canciones, los tonos altos y juguetones y las letras listas para el redondo. Exigir sería un castigo mortal. Lo underground del grupo, no le quita su importancia y chorro de sangre que ha dado a la comunidad, eso que quede claro solo al ver el nombre de la banda. No sé, de que manera tan impresionante podemos resaltar la libertad musical que acompaña los temas con un fin: Transmitir adecuadamente el sonido con la exactitud de cambios y movimientos rítmicos que merodean a un Hard Progresivo, extravagante, fino como rudo y directo. Solo destacar la expresión técnica en canciones como: “Hijos del Sol Y La Tierra” y “Alguien más en quien confiar”, cuesta tus tres huevos cortos y una paliza.

En cambio “Blues del Atardecer” (Himno Total), se dirige en plan sentimental, cantando una y otra vez que el hombre no está solo, tiene su tarde triste y gris. Pegajoso más que el chicle pisoteado, como también creativo y memorable por la letra y la secuencia que sigue, está vez, dándole sin engranajes, ni exactas fusiones de notas entre músicos, solo un extenso solo de batería que sirve de corte final con un pulpo demostrando porque debería más respeto, aunque ganaría perfectamente el tiempo debido, para licuar esa “Haciendo Blues y Jazz”, que nos arropa con un Riff como Gardi se los manda: Con potencia, finesa y calidad. También el procedimiento de la importancia que ocupa Luis Valenti tras ese órgano cabrón que partiría el pastel para el cuarto track y para el conjunto con su toque de iglesia y bailón.

¿Como puede ser tan empolvado y tirado un grupo tan hábil como mágico? Con solo 6 temas bastan para detectar el sorpresivo vinilo que se nos escapa entre las joyas latinoamericanas. Que no, no es la octava maravilla del mundo, pero no es ni tan siquiera un fastidioso asomo por la regularidad que tendría un grupo afán a la música pesada de esa época. Y bien dicen los integrantes sobrevivientes: que si en esos años, hubieran tenido la cadena de ser más pesados, lo hubieran hecho con mucho gusto. Pero dieron la mejor creatividad y placer que nos pudo dar grabado en un estudio y en unos años, que no todo prójimo podía “triunfar”, tanto en promoción como en claridad. Para muchos esos conciertos ya serán legendarios: Primero, su honestidad con la manera de tocar. Segundo, La Calidad. Y Tercero, Ver al vocalista original, ver a Gardi y Valenti antes de morir y en una fase de crecimiento… En Fin, te gusta el Rock, no te pierdas ni un más mínimo minuto de tu estúpido tiempo en leer mi asquerosa opinión para descargar esta joya, Hazlo ahora o mueres en la intriga...

La Portada: debería de ser los famosos relojes derretidos de Dalí, pero el trámite tardado y el financiamiento no era lo suficiente para lograrlo. Por lo cual, la disquera presiono y Juan prefirió hacer un dibujo y mostrarlo como portada, la elaboración fue una noche, el resultado una porquería: en una esquina pequeña y con el nombre del disco en medio con un fondo negro caca, la disquera una maldita mierda. Pero era eso o nada y eligieron algo que exponga las ideas del grupo a algo que podía empeorar dejando todo el trabajo a los de la RCA. Que incluso, los miembros tuvieron que tocar como si se tratará de un concierto: Alguien se equivoca y todo de nuevo. MIERDA, solo eso se describiría tales arrebatos artísticos. Finalmente les otorgo la caratula original con su especie de trineo despejándose del desierto, elevándose hasta lo más oscuro del cielo….






Nota: Un 9.0 Maldito y Desafiante


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


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