Cuando una sufre de
ciertas dolencias, lo más sensato es que vaya al medico, ¿no? Es casi una regla
innata que todos tomamos en la vida. Y no tanto por se una decisión difícil de cribar,
más que todo por se un medio fiable, confiable y “refiable” …y nadie, a
excepción de cuantos enajenados mentales, sujetos a la ley del
estupefaccionismo, van en contra de este tipo de elecciones, pero en ese caso
asumamos que nadie cuestione ir al doctor. En fin, en la clínica, el
especialista nos dice que tenemos un delicado problema de estrés; asumamos que
la cosa sea así, y en todo posterior caso, nos receta relajarnos y reírnos.
¡Sí, Reírnos! Fuera
del médico, de ese chequeo general, sólo usted puede buscar los utensilios qué
más hilaridad le causen. Puede ir y provocarse carcajadas viendo a su vecino el
idiota tirarse pedos en las cacerolas, o
bien, por otra parte también puede recurrir a la comedia gringa de
mierda que pasan 25 horas al día por cable, y por ello no dejemos sin cabida a
ser un poco más refinados y reírnos con
alguna comedia intectualoide, pero aquí no somos así: Aquí somos changos,
palurdos y pisteros (qué buscan revolotearte el pisto sin que veas)
Podemos seguir
aunando una sarta de idioteces. Acabemos aquí. El quid del asunto, es que
estamos enfermos, necesitamos reírnos, veamos Jonhnny Mnemonic… jajajaja (Miren
como me despanzurro, palurdos) ¿De qué changoleones hablas? Si esta pelí es de
acción rapaz, con Keanu Reeves… tengo llenas las bolas de esperma en ese caso,
y si sigues hablando caca refrita, te congelo la boca y te la adorno de gracia,
pispireto. ¿Trama? Imaginémonos un mundo distópico, 2021 (¿We Are connected?)
el Internet gobierna la vida natural de
las personas (Así como Fb le absorbe el seso a todo pelmazo que se rasca el culo los
domingos) y cabrón es utilizado de mampara, más bien un portador de
informaciones por Gb en su Cabecita … ¿se imaginan? ¡Uyyy, qué vergón! ¡Chúpemela!
Basura inconexa,
falta de diálogos, un delfín que sale chillando y salva el mundo, vagos que
manejan la nanotecnología y controlan conocimientos científicos, Henry Rollins haciéndola
de PENDEJO, y creo que me detendré aquí. Qué figura el filme cuando veamos a este calborotas, haciéndola de
“Araña” (Spider) en la película, un científico que contiene una pelea con un
predicador enviado por la mafia Yakuza… ¿DR. Cuál era la receta? Ah sí, reírse.
Permítanme: ¡Jajajajaja! Ya valió. Y al final unas peleas “épicas”, una mujer que
augura la muerte de la humanidad con tal aprovechamiento de la ingeniera tecnológica.
Resta decir, que lo demás es pura cosecha amarga.
Nadie sobresale de
la película, todos la hacen de criaturas enjaezadas para una tonta producción
americana de alto presupuesto y poca producción. Los diálogos son
extremadamente olvidables, y la carga argumentativa es más decepcionante que
las paredes cuya tez deja ver vomito rezagado y seco. Si no, véase: “Quiero servicio a la
habitación, quiero un emparedado, quiero una cerveza mexicana, quiero una
prostituta de $1.000 la noche, quiero servicio a la lavandería” y eso que es lo
más destacable, por la podredumbre de
reflexión o somatismo que carga en éste apartado.
A mi me parece un
esfuerzo para reírse de lo imbécil y mediocre que pueden darnos las producciones
cuando lo tienen todo. La escenografía, he decir que, apesta a rata muerta. Ese
humeante paisaje que muestran los encuadres, la servicial atención de los hoteles
japoneses, las ciudades infestadas por un extraño virus de convulsiones. Me voy
a la hamaca, mejor y veo a las gallinas gimotear en una choza.
¿Qué más? Nada,
cáguense de la risa, mejor. Échenle su pepinazo tembloroso a ver si le hallan algo
destacable o remediable.
(Jajaja)
Nota: 2.3 y pa’l excusado,
hijos del mayz.
Publicado por: Albert
Spaggiari.
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