lunes, 8 de septiembre de 2014

George Lucas – THX 1138 [1971]


  
(Ese cartel es lo que se dice: Buenaondístico)


Sublevado y militante Filme el que traemos el día de hoy. Cosecha fresca, a pesar de ser añeja, refreída y maluntada. Aquí Tenemos el Debut de George Lucas; nada de Star Wars y esas mamadas. Estado Pure, sin miramientos de Chewbacca, espadas, láseres grasosos, alimañas jarjabinescas. Coppola poniendo porudcción y pertrecho de guerra, para que aquel incipiente Lucas empezara de buen rollón. En plenos ’70, y de arte de magia nos cae ‘THX 1138’ película “Sci Fi” tomando cobertura de “Odisea al Espacio”, “El planeta de los simios” ambas “pulcrándose” en meollo ’68 de las superproductoras de Cienema matón y con repliegues exquisitos, para chuparle las falanges.  Ya no hay excusas encorsetadas sobre que el ’70 aún era pantalla amarillezca, ángulos vetustos (Central, Normal y a veces el Nadir) ni miercoletes.

Cinta de casco de armadura, tomando influencia de obras “vernescas” de los esbirros George Orwell, Adolof Huxley, Asimov, Clarke, Wells… en fin piara “Fan fiction” Pero, Lucas propondría albur del escanciado y espumoso para algunos. Metraje atragantador si estamos acostumbrados a Star trek y compañiputas encima. Todo empieza con un reverb de los filmes de ciencia ficción de los años ’50: máquineismo perijoyado, de argamasa tembleque, casquetes de baja calidad, todo metálico y frío, enervado pues. El filme se recrea en peñas pociones de “realismo” dentro de lo que cabe. Basada en la idea de totalitarismo; en una faceta más cerca a esto, es la metalúrgica compañía que tiene lugar por gobierno, y es así sociedad subterránea, impoluta, más pulcra que la asistencia aséptica del mundial en los barrios malvistos o de mala imagen. 

El film fue un ejercicio del trabajo que realizó Lucas en sus últimos menesteres como estudiante de cinematografía. Me quedo consternado aquel que encandile por los comments la cinta de 16 minutjos que se respinga por web sobre THX del 68, 69. La historia tiene lugar con Cyborgs como la policía, los marramos por todo el mundo, los aluminicos gendarmes; agentes automatizados y dopados con altas concentraciones de destructivos químicos, que petrifican el estado vivificante del ser en cuestión son los individuos que cohabitan en las salas de trabajo alienante; escenografía claustrofóbica de bajo presupuesto: fondos blancos, mara pelona, trajes  purísimos.. ¡Automatismo puro, vaya! 

Inmiscuidos nos vemos en un esfuerzo que nos muestra la regularización excesiva, los métodos aprehensivos de conducta que, son ejercidos, por los mismos individuos autómatas en puestos más elevados y realzados por su intachable medicación. Y no es un mundo muy grato que digamos. El sexo está prohibido, drogarse no. Eso sí, las sustancias son como la eugenesia de toda nación que elimina impurezas, pero en este caso antinómico ocurre lo contrario, porque aquí no se eliminan, se utilizan  en demasía para fines productivos, siempre y cuando controlando la conducta. En esa cárcel llamada hogar-trabajo-reciento también hay factores lúdicos o distractivos: danzas de negros para la excitación, bocas de plástico para ricas mamadas, información de índole sistemática-corporativa-exclusivista.
                                                                                                                                                            
Las cosas salen mal cuando el individuo –Porque no hay otra distinción para calificarlo, ya que sólo porta un número y un prefijo- THX 1138 (Robet Duvall) reniega su dotación, y a su vez contrae sexo con su compañera de cuarto, en pos, esto ocasiona que THX deje “encintada” a su compañera; un amor se desvela entra los individuos, algo que va más allá de la conducta robótica que la mayoría adopta bajo mecanismos de control, y de ello nace sentimientos humanos que se habían sustentado en represivos castigos. Una excelente alegoría hacía las circunstancias que nos hacen un ser “sentiente/pensante” que juzga su naturaleza mediante la experiencia, y, no guía su conducta por el más férreo adiestramiento canino. Más apabullante es el tramo donde tenemos una figura como un Om con la apariencia de Jesucristo; da mensajes espirituales, consumistas, pasivos… y cínicamente de Felicidad. Cómo si se pudiera ser feliz con correa, ¿no?

Cuando Don Duvall no encuentra a su compañera, por el desencadenado sentimiento que éste siente, hay que salir de la fábrica. Una persecución cunde en el último entramado del celuloide. Es gracioso que los recursos escenográficos-gráficos y efectos especiales, no fueran detallados con bandas sonoras que se pasan de sonoras; esto se ha dado en los últimos años, y bueno no es dar más a que con Star Wars las cosas cambiarían… ¿Creen que a mejor? Háganme una felación de la buena, mejor. 

Cataclismo algo concentrado, imágenes sugerentes y poco ambientadas, más maquinales y lúgubres por ser tan mecánicas.  Interpretaciones fluctúales: cambian dependiendo la tónica que suceda, sin mucho recuento. Mensaje más portentoso que nada. Puntos bajos, en el decaimiento y falta de ritmo de la cinta, haciendo pegajosa en veces; un detalle es suspendido por la valla de óbices en la persecución. Muy buena, la verdad.   
Chingona, pero no aporta ni pasteles. Ay de aquel que diga que es obra maestra, si lo dice, pues, pene encaje en boca, recuerden.



Nota: esmerado 6.5 ...y eso que me paso de regalón.



Publicado Por: Albert Spaggiari.  

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