(2005)
Es cierto que a veces los discos nuevos tienen a juzgarse como
manto de dragón, quiero decir, como mano al fuego, y rechazarse, por lo menos,
con una peyorativa ponderación, muchas veces, lógica y simplemente, porque no
cumple nuestras expectativas. Ahora bien, hay una pregunta que alude todos los
aspectos concernientes, y es que ¿acaso una variación en el entorno musical de
un álbum afecta el producto o resultado final de este? Sencillamente a veces
pasa cuando dejas caer un fólder de cartas… sabrán por qué lo digo. Pero, como irrepetiblemente
lo citamos en muchas reseñas: No hay valores que pre o so juzguen más que el
criterio y el entendido elucidamiento de tal (La opinión, pues) Y los demás caracteres
que puedan saltar a brillo de luz quedan relegados.
Esta vez la cosa, la explicación, y que siempre traeré a
cuento como machaca vieja es, que, a partir de cambios de disco en disco, uno
puede ir conociendo enteramente cualquier donnadie músico, y esto lleve a preciarlo
como quiera. Aquí la mayoría sabe que me pongo de tiros al brinco con las puntuaciones, y que me es difícil
reconocer mierdas ‘nuevas’ o ‘del momento…’, o es que soy más prejuicios de lo
que pensé, o es que simplemente soy un pepinazo del carajo. Y, a decir verdad,
yo creo que abogo por esto último. Pues, por sencillo que llegase a sonar, para
mí los discos de pop moderno, son eso: pop de carretea soleada. Porque sería
ridículo evaluar a un DEPECHE MODE como a una Taylor Swift; no, ni en los más
obscuros e inapelables sueños. Qué se joda el onirismo de troche y moche,
carajo.
Y Este pop de carretera, sitúa al oído en una peligrosa situación
con sus rasgadas vestiduras, ¿y es que lo acepta? Como respuesta; dentro de la
dimensión de lo básico, por no decir lo absurdo, bien cuela la tripa, mi marrón
Charlie Brown. O sea, yes. No del todo, claro. Prejuicios, prejuicios, prejuicios.
En fin. Hace poco salió del tostador este disco tan esperado (¡) tan esperado
como lo último que, posiblemente, sacara Necrovore en 7 pulgadas (No, eso es broma) pero sí esperado. Hablo
del notoriamente ‘1989’ quinto disco de la bicha de la colonia: Tasión. Si bien,
aunque me resulto más que bochornoso, hablar de su discografía es cosa que se
tiene que hacer para cubrir las posibles aristas sin explicación de la
evolución coherente del sonido que hoy tenemos bajo el suelo encementado
frescamente con 3 gorilas moribundos.
Pero para no hacer largo el cuento, desde ‘Taylor Swift’ (Cd,
2006) hasta ‘Speak Now’ (Cd, 2010) hay una línea coherente y formulada entre el
pop country, muy influenciado de inminencias como James Taylor, que posiblemente
de aquí se halla su mayor influencia, distinta pero mas o menos verídica. El
cambio vino en el 2012 con su ‘Red’ rematadoramente mucho más liviano, más
admisible para la recepción y para el mismo crecimiento del sucio Mainstream,
con el cual, empezaba su sonido a realizarse más dance, algo Dubstep en los
mínimos experimentos; otros seguían empacho vocal de la chamacona, donde, su
color de voz era de mayor resonancia que bases rítmicas, que parecían
innecesarias para su estilo, eso sí, decir que la acústica es mala no es estar
muy en lo cierto, cuándo es lo que mejor se aprovechaba.
Ya para este ‘1989’ el aspecto del Dance, del Synthpop y la
etérea atmósfera a veces sustituida por los arpegios “Countries” es lo que dota
al álbum en cuestión de una nueva propuesta. Dicha propuesta, no por ser muy
eficaz o muy rompedora, está llena de huecos, momentos salubres, pasajes
vocales, únicamente, memorable; sin embargo, lo demás podría catalogarse como
puros ambages o intentos fallidos del Electronic pop. Y es que para dominar este estilo, ni tan
intrincado como una clásica contemporánea ni tan básica como el hip-hop de “Tianguis”
(México), hace falta ser un versado en armonía, altitonos, pasajes muy
melódicos (Ultra melodiosos), y le llamaremos escarchas metódicamente afinadas…
En cambio, no se podría digerir una especie de música bailable y sin sabor.
Porque eso sí es decepcionante en todo los puntos cardinales: oír basuras
recicladas.
Pero el disco, cual sensación de completitud a la panza,
nos atiborra de una hora y tanto, tal vez el recurso que se hace efectista es,
que, mientras más, mejor. Caso que no se da en lo relativo. A mí entender, sólo
las primeras 10 canciones hubieran quedado como anillo al dedo, logrando tal
vez una puntuación más o menos decente, en perspectiva digo que, empezando por ‘Welcome
to NY’ hasta ‘How you Get…’, el álbum
hubiera quedado “lindo”. Ese moco de pavo le quita mucha constancia, es,
por mucho que le demos vueltas, la atención que te robe el álbum lo que cuenta,
claro sí está es una de asombro, mejor; sino, pues tal vez.
Puesto que si la tachan de vendida, yo diría, táchenla -mejor-
de puta, porque vendida está desde que salió ‘Fearless’ (Cd, 2008) Ranking en ventas sí,
todo lo que quieran, eso poco influye en
una opinión. Aquí lo que yace es que te entregue, si lo conoce medio mundo o
sólo su abuela, que entregue material de calidad. ¡Y Basta! Y pues, mis
expectativas personales para con el álbum no eran ni bajas ni altas, andaban
por el prelado augurio de ser un álbum agradable vocalmente, aun es lo que me
mueve al escuchar sus discos.
La portada es la más pretenciosa de todo el álbum. Puede
que sea un SEVERO homenaje al Indie pop de antes del 2005 y después del ’99. Aunque
la verdad la faceta no está mala. Y por si fuera poco, lo más rescatable podría
ser, ya que no incursioné en el tema, el congestionado ambiente ingles que
carga en sí tal álbum. Sí, muy “ainglesado” ¿Será por algo? Aunque la sofisticación
que esto conlleve, será sólo para los adiestrados en el ají-ajá del género,
género que generó hasta el día de hoy influencia en músicos multitudinarios. Para
una noche soleada y para una mañana oscura.
(No hace falta que diga que es 2014, ¿verdad?)
Nota:
7.9
Publicado Por: Albert Spaggiari.
No hay comentarios:
Publicar un comentario