Para definir y
aclarar lo que es, lo que significa y cómo es el Death Metal, por obligación tenemos
que nombrar a Cannibal Corpse. Porque esta banda que todos conocen, fueron, son
y serán la fórmula exacta de cómo mierdas se hace el Puto Crudo y Primitivo
Death Metal. El que me lo niegue, lo apedreo con placer. Y como ya sabrán
muchos, no hace falta decir que son Leyendas vivas de un estilo que adoptaron
hace 25 años. Y como si fuera nada, tras la extensa y quemada mecha que llevan,
hacen de lo mismo, la misma malteada de los 80s aunque no tan explotadora como
la de esa época, pero sí eficaz y certera, como lo suficiente para romperle el
hocico al cipitillo. Porque eso, los de Tampa lo han demostrado hasta con los
pedos dentro del estudio.
“A Skeletal Domain” es un nuevo lanzamiento al
más estilo Caníbal: liricas homicidas, la exquisitez del art-work y como
siempre, el método de su existencia: La Intensidad, el buen hacer de las
composiciones, la puta salvajada. Webster y los suyos, dominando ese terreno
por décadas con el confort de siempre, lo vuelven hacer…Nada de giros progresivos,
vanguardistas o estilísticos. Nahh! Cannibal es Cannibal, lo demuestra desde el
primer momento, desde que dejamos aflojar los oídos para el manjar sin
expectativas altas o bajas, sabemos que el trozo destructivo y compacto que nos
ofrecerán nos dejará complacido o masacrados.
En esta ocasión no
hace falta decir mucho para saber que lo que se escupe es casi lo mismo de lo
que podríamos decir con otra oferta contemporánea de los típicos álbumes que
manifiestan el Old School con “mejoras” o con producciones más pulidas en
fechas actuales. Y sí, la diferencia que hay entre “ASD” con el reciclaje que
nombro, radica en una cosa: Es que de un lado halla unos jodidos hijos de puta que
te vendan algo como el pan rancio de ayer, ofreciéndolo como el nuevo despertar,
y por el otro costado, los otros sean
acertados en ametrallarte y desmembrarte como se debe sin apariencias ni
presunciones. Los Corpse, son lo segundo.
En concreto, lo que
vemos será un George Fisher como una maldita bestia que imprime con toda la
fuerza el porqué no tiene cuello y
parece un zombi, por su registro característico por reventar tímpanos y
desgarrar todo al paso de torbellino sangriento. Delicia de vocales, eso se
encuentra. Y si queremos destacar la labor de alguien, deben de ser todos. Desde
Los Riffs crujientes, crudos, pesados y destructores de la dupla O Brien/Barret
hasta la maquinaría Mazurkiewcz donde atropella la violencia destripando los
parches y los bombos con milimétricos cambios. No estamos ante inhumanos,
estamos ante Dioses, y no es porque hallan creado un género otra vez, si no por
el simple y sutil factor de hacer las cosas bien constantemente tras la
actividad de un colibrí, y la longevidad y consistencia de un paquidermo dorado tras sacar 13 discos con sangre, sudor y semen.
De Webster, es cosa
aparte. Centrándonos un poco más en el jocote: Entra “High Velocity Impact
Spatter”, “Sadistic Enbodiment” y “Kill or Become”, y nos trazan la superdotada
técnica bajo un golpe sónico muy común de ellos, pero que tras algunos momentos
las estructuras son más planas con respecto a sobresalir un instrumento como
función de atracción. No, cucaracha que huele a cemento bajo el sol, las piezas
antes dichas se recalcan más allá de los cambios típicos de Cannibal y sus
secciones rítmicas demoledoras. Aunque no flojea nunca, una de las ideas para
plantearnos de cómo es este Domino Esquelético, es gracias a los estribillos,
la potencia y la rapidez como signo triunfal de la llegada de este producto.
Y sí, es cierto:
Monotonía a simple vista, pero con el paso de las vueltas al disquillo, se gana
su sabor. El aspecto musical que más fluye es el Muro. Y que putas es?? Es un
Corpsegrinder desgarrándose y cantando como los mil demonios tras una muralla
sónica de Riffs y Golpes cerebrales con el intento provocativo de hacer la
brutalidad en su mejor forma de la manera más asfixiante: La Atacante. Todos
los engranajes concentrados en un solo objetivo: Matar al Oyente (de forma
figurada). Y parece ya aburrido y cansado decirlo pero es el puto veredicto que
debemos afrontar si nos queremos topar con un grupo legendario que sigue en
marcha. El mérito se lo lleva en ser disfrutable, y eso es lo que uno busca en
el Death Actual. Ya sea pisado, repisado, inventado o reinventado…Pufff! Pa´eso
me como palomitas y a dormir….
Tras haber enfrentado
el arranque, vemos como en “Headlong Into Carnage”, en el collage “The Murderers
Pact” y lo que prosigue nos dejan las cosas claras: Death a la Yugular, sin concesiones,
Riffs Jugosos…En fin, todo el vocabulario pasional de un fanático del Metal
Extremo. ¿Y que novedades trae, sabiendo que es una recalentada por microondas?
No sé, puede ser lo compacto y severamente adictivo que sucede al
acostumbrarnos, tal vez la malevolencia y sentimiento que se diluye en cada
track transportándonos al mundo de la caratula, o quizás el acto divino de
explotar la intensidad sin necesidad de súper-masturbadas con los mástiles y
apaleadas al tambor a la velocidad de la luz. Sinceramente, no lo sé. Un álbum
que te entretendrá, digno del catalogo Caníbal y un Buen Material que te hará
agitar la nuca como descerebrado.
Canciones Favoritas: “Kill Or Become”, “Sadistic
Embodiment”, “Vector Of Cruelty”, “The Murderers Pact”, “Icepick Lobotomy”, “Bloodsained
Cement”…Ufff! Todo el Maldito disco de mierda entra mejor, más compacto
y más bestial. “A Skeletal Domain” pone a disfrutar a los ciclopes sin flojear
nunca. A conseguirlo ripiado o comprado, pero de tenerlo hay que tenerlo si
quieres tentar lo “nuevo” de Cannibal Corpse y completar la colección del
Imperio Canibalesco sin dejar rastro de mierda como perro aguacatero.
Nota: 7.8
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
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