Con las axilas
sudadas, unos Cheetos y un sofá sofocante, estamos listos para tirarnos unas
risas con una película que nos haga entretener por un rato y nos valga la
papaya lo demás. American Pie es una opción imperdible en el buen joven idiota
que quiera aventar carcajadas con una trama de comedia sexual. Considerada por
algunos una obra maestra de la generación y por otros una burra idiotez, ya se
ha dicho mucho de los aspectos de ambos bandos pero mi oferta es únicamente
presentarla como un momento lúdico en la vida para divertirse y nada más.
Paul Weitz es el
director suertudo por la taquilla que contribuye en la masiva ola de “Otra
Estúpida Película Americana” y que se llevó de encuentro una saga que no dejo
indiferente a nadie en el transcurso del tiempo. Si, siempre con la puta y
absurda temática del sexo empleado con una comedia como los gringos saben
hacerla: Nada refinada y pegando para todo buen público que la observe. Este
primer peldaño en la saga no es otra cosa más que sucesos trillados, momentos
atrapantes y un grotesco hilo que persigue las metas del grupo de unos jóvenes
que quieren perder la virginidad antes de marchar a la universidad. Vaya idea
que se forjo Weitz para enredarla y enriquecerla con la juventud descerebrada
que vivió en su tiempos de colegial.
Jim: el inexperto,
desesperado y estúpido, Kevin: Un simple estudiante que tiene problemas con su
novia, Chris “Oz”: un jugador de lacrosse que pasa de rudo a sentimental y Paul
Finch: Un refinado que bebe capuccino. Este cuarteto de mulas emprenden el
pacto para desvirgarse y con una presión a su alrededor que tratan de lograr al
primer intento sin llegar a un buen resultado, les haría reconocer sus
problemas que gradualmente alivian con sus actos y comportamientos. Tras un
cabalgante ritmo sexual en el film la gran sorpresa de este taco cochino es que
al final tienen lo que querían, pero con una moraleja con la sutileza de un
ladrillo que se introduce en un trasfondo sensato que aclara el corriente y
salvaje ímpetu del rodaje.
Para muchos: actores
entrañables, desde un Jim hasta un Stifler bruto y cavernícola bromista, Para
Otros: Una Mierda en los cuatros costados. Solo sé que a comparación con la
realidad que se encuentra en las secuelas: “Band Camp”, “The Naked Mile” o “Beta
House”, esto parece un trozo monumental de la realidad en la que existimos. Así
de grave está la cosa. Me da una hueva temible que no quiero desencadenar por
este tipo de cintas, ni tomarme la molestia de tirar mil y un paparruchas en
este sitio para hacernos gracia mutua de las sandeces incoherentes que escriba,
ya sabemos que para comprender esto solo necesitas tener ojos, lo demás corre
para alegrarte la sesión.
Nota: Un 5.9 para no escribir y quedarse aplastado
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
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